PLANTA CARNE
“ Manifiesto no ordinario “
Arte como máxima expresión humana y agente de cambio.
Flotamos en el meconio del imaginario cultural, ya no bebemos esta agua que ayer fue cristalina, arte hoy es abyectar y expulsar.
Lo conceptual sponsoreado eyacula una moderada mediocridad, la obra de arte actual pugna por un lugar en la cajita felíz, seca sus lágrimas de emoción y posa para el catálogo
Nuestra configuración artística esta munida de diversos componentes, que emergen simultáneamente en este momento y contexto, estamos construyendo la deconstrucción de esta suerte de estofado multígeno… Generando las condiciones para intervenir lo cotidiano, desmaterializando el tiempo externo, liberando el pulso interno y creativo, mar sublime de la resignificación, corazón mismo de la metáfora.
Caminamos la Avenida Alvear a cielo abierto respirando europas, arremangamos nuestros pantalones, ante el avance de turbias aguas, en la costa de Avellaneda; con minifalda y un par de senos, penetramos a señores audaces de camionetas blindadas, perecemos en manos de un delincuente que murió al nacer, somos ancianitos asilados en el antiguo Hospital Rawson, atrapados en otro proyecto de país. Nos vemos obesos al espejo y el apetito no cesa, la sangre se ausenta del lugar del hecho, y en cualquier momento puede volver. Somos bolivianos, paraguayos, peruanos, gays, afiladores… prendemos bengalas en rituales insensatos, a menudo cambiamos de decorador en nuestra casa de Nordelta, cada tanto tiramos piedras a los autos que pasan, navegamos en Internet y naufragamos en el Riachuelo, mientras ganamos metros cuadrados en Puerto Madero.
En esta marea de sucesos que nos ha dejado la
post-modernidad, estamos haciendo arte, es nuestro acto de fe.
Ariel Busico
